jueves, 21 de mayo de 2009

Camino al Union

Después de mucho tiempo sin salir, me embarque en la idea de retomar el andinismo, ya con mi rodilla mas sana, decidí volver a cargar la mochila, para ello busque un Club de confianza, y encontré al Club Andinismo GEA www.andinismogea.cl.

En la segunda salida con los amigos de Gea, intentamos el ascenso al cerro unión, fuimos 11 los andinistas deseosos de tocar el cielo en la cumbre de este gran macizo, la aventura inicialmente seria una caminata hasta la laguna del Morado a los pies del colgante del morado, pero se vio la posibilidad de subir el cerro Unión.

Bueno, como siempre el viaje hasta el cabrerio fue largo, a mi me recogieron el la plaza de Puente Alto, el resto de la gente subió al vehículo en el 14 de vicuña Mackenna, llegamos al Cabrerio cerca de las once de la mañana después de una corta parada en San José de Maipo.

Ya en el punto de partida, el grupo se mantuvo junto por algunas horas, normalmente, ese camino se empieza mucho mas al interior, pero eso es solo cuando se va en vehículos mas pequeños, como jeep, o autos convencionales, esta ves fuimos en un furgón, que por sus características no podía adentrarnos mucho.


Mientras caminábamos esa diferencia de sendero, pasó una caravana de vehículos todo terreno, más de alguno ofreció llevarnos, pero éramos muchos y debíamos mantener el honor de la caminata (eso es nobleza, creo).

El cielo estaba amenazante, según el pronóstico del tiempo habría chubascos y cielo cubierto.


El ascenso fue lento pero algo frio, me di cuenta que tengo que cambiar mi chaqueta regalona, condensa mucho, no podía estar mucho rato parado, me helaba muy rápido, el grupo se fue separando según su estado físico, yo estaba en el centro, la idea era llegar antes de las 5 de la tarde a la laguna, pero algunos amigos tenían problemas con el ritmo de ascenso, así que bajamos el paso, el cajón se veía imponente, frio, pero muy llamativo, invitaba a recorrerlo, a pasear por ese sinuoso y serpenteante sendero que a cada metro se elevaba mas y mas.

Realizamos 4 o 5 paradas de 10 a 15 minutos, pasadas las 4 de la tarde un grupo de avanzada se hallaba a 45 minutos del primer objetivo, la cuenca a los pies de la laguna, sin embargo, debido a un problema de seguridad, debimos acampar en el nevado sendero a 1 hora de la cuenca.

Yo levante mi carpa, igual que mis compañeros, luego me recosté, estaba cansado, hacia tiempo que no salía con mochila pesada, pero me recupere sin problemas, afuera granizaba, algo tupido, corría una ventisca gélida, arremolinada, aun así mis compañeros hicieron una terraza y almorzaron al aire libre, yo me quede en mi carpa, después de dormitar un poco, cocine mi almuerzo comí y me acosté, oscureció rápido, mis amigos seguían en amena charla en su terraza, avanzada la tarde aumento el viento y comenzó a granizar mas tupido, durante la noche, varias ráfagas nos azotaron, para un principiante una tormenta, para nosotros solo un viento fuerte, no obstante teníamos que estar alerta, por si el viento aumenta y teníamos que bajar de emergencia. Lleve mi mp4, y pase el mal tiempo viendo una película, y escuchando música, ¿Miedo? algo, a la montaña hay que tenerle respeto, si ella quiere, nos deja subir sino nos empuja de vuelta.

Al amanecer, siendo alas 7 de la mañana, nos levantamos, Cristian Líder del grupo, nos animo a subir el Unión, durante la noche había nevado poco, pero denso, de todo el grupo solo 6 intentaríamos la cumbre, comenzamos el ascenso, mi chaqueta estaba helada, pero mi poleron grueso me calentó el cuerpo, me sentía muy bien, contento, al llegar ala cuenca, había un grupo de andinistas del club Alemán (DAV), practicando técnicas invernales, rodeamos la loma bajo la laguna para luego comenzar a subir un filo que culebreaba hacia la cumbre, Cristian, el líder del grupo iba punteando, a ratos nos pegaba fuerte una blanca ventisca, que nos hacia tambalearnos, era un viento arremolinado, helado que hacia dudar lograr la

cima, la nieve estaba muy alta, era difícil avanzar, pero el animo no decaía, tras subir penosamente durante dos horas, Cristian evalúa la situación y decide parar la marcha descansar y bajar, la ladera estaba nevada y muy difícil de subir, tal ves si hubiéramos acampado mas cerca y haber salido mas temprano, lo habríamos logrado, pero bueno, los cerros siempre están ahí, ya lo intentaríamos en otra oportunidad.

Volvimos al campamento, el viento seguía mas moderado, almorzamos desarmamos el campamento y comenzamos el descenso, en al camino nos tomamos con un Helicóptero estacionado en el camino, era de un gerente de una empresa, acompañado por el consagrado Montañista Ernesto Olivares que tubo la amabilidad de acercarnos al cabrerio-

Nada es tan grandioso como visitar la montaña y dejar un profundo deseo por volver, porque solo allí podemos saber que clase de ser humanos somos...

Andinistas:

Cristian
EmilioPaula
AuroraVladimir
Felipe
María José
Millaray
Javiera
Verónica
José












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