domingo, 24 de mayo de 2009

Cajon de lo Valdés, un Domingo para caminar

El can Bototo 



Este domingo 24 de mayo, con Marcelo y Felipe decidimos visitar el Cajón  de Lo Valdés, el día estaba fresco, amenazaba lluvia pero por suerte solo fue eso, tuvimos algo de viento, lo que es normal en la zona.  La ascensión comenzó como a las 10 am, en esta  ocasión teníamos un invitado especial, un canino llamado “bototo”, ¡no, no usa bototos!,  ese es su nombre, un perro de raza labrador, cuyo amo es Marcelo, esta es la primera vez que sale con nosotros y bien equipado, con su mochila, cargada con comida y agua. Un perro a todo dar, un montañero canino.



La ascensión comienza en el morro que se halla al principio del cajon, y en cierta forma es lo mas, trabajoso, porque una vez superado como en 45 minutos, según el estado físico de la persona, el resto del camino se hace fácil, un sendero que se extiende a medio cerro,  una senda que se alarga y es  el acercamiento a varios cerros interiores de este cajón;

Cerro Lo Valdés

Cerro Corona

Cerro Diente del Diablo

Cerro vega

Este sector se caracteriza por ser una zona de fósiles, a medida que nos internamos al interior si avivamos el ojo, podemos ver claramente  amonites y trilobites petrificados, incrustados en las rocas o en forma suelta pegada a algún tipo de piedra,  esto se puede ver en los sectores  en que se comienzan los ascensos a los cerros antes nombtrados, una gran planicie que es la entrada al valle final del cajón, casi siempre nevado,  en donde también podemos encontrar un refugio, a  5 kilómetros  al interior desde la carretera.   

También podemos encontrar una  cruz que marca el lugar en que un avión de pasajeros de Lanchile se estrello en Febrero de 1965, esta se encuentras en el sector de las vegas,  aun se pueden encontrar restos del fuselaje. De este desastre aereo Marcelo me envio este enlace que da mas inforamcion de este lamentable evento. 

Avion Caido 1965

(El siguente articulo fue recopilado del Blog de:  ivansiminic.blogspot.com)

03 febrero 2007

1965: El vuelo trágico del CC-CCG

Uno de nuestros peores desastres aéreos

El 6 de febrero se conmemoran 42 años del accidente del DC-6B CC-CCG de LanChile, hecho que segó la vida de 80 pasajeros y una tripulación compuesta por siete empleados de la compañía. Se trató del vuelo 107, el que cumplía itinerario entre Santiago y Montevideo, vía Buenos Aires.

La aeronave despegó desde Los Cerrillos a las 08.06 HL, enfilando hacia el Cajón del Maipo. Entre las 08.30/08.36 horas, aproximadamente, se estrelló contra el filo montañoso que une los cerros Catedral y Corona en la cordillera de los Andes, sector de Lo Valdés, a 4 Km de la planta de agua potable La Yesera.

A bordo viajaban pasajeros chilenos, argentinos, peruanos, uruguayos, italianos, estadounidenses, checos, soviéticos y alemanes, resultando todos fallecidos.

El avión era el Douglas DC-6B CC-CCG (c/n 45513), tenía el número de flota 404 de la Lan, y había arribado a Chile el 21 de agosto de 1958, formando parte de un grupo de cuatro naves similares adquiridas a la casa Douglas en US$1,8 cada uno. Resultó totalmente destruido y a la fecha acumulaba ya algo más de 17.000 horas de vuelo. El piloto registraba casi 11.000 horas de vuelo, y había cruzado la cordillera hacia Argentina en 24 ocasiones como comandante y en 102 como segundo oficial.

La comisión de peritos llegó a establecer que en la operación de la aeronave se cometieron múltiples hechos constitutivos de grave indisciplina de vuelo, lo que contribuyó a agravar el dolor de los familiares de todas las víctimas. Al respecto, la prensa de la época es elocuente, particularmente el diario El Mercurio de 23 de marzo de 1965 y fechas posteriores.

 

La caminata no estuvo exenta de sorpresas,  el sendero cruza dos canaletas que se precipitan de este a oeste, normalmente la senda lo pasa entre piedras sueltas, esta vez la canaleta había sufrido una gran erosión profundizándolas, por lo que tuvimos que subir mas de la cuenta para buscar muy alto un lugar para seguir el sendero.

Pasamos el sector de las vegas como a las 13 horas, un kilómetros después llegamos a nuestro destino, una gran planicie, de donde se asciende a los cerros Lo Valdés, Corona y Vega, allí descansamos, almorzamos y pasadas las 14 horas comenzamos el descenso, todo fue genial, un día agradable, y la estrella de esta aventura fue nuestro amigo canino Bototo.


 


Jefs

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