domingo, 27 de noviembre de 2011

Desintoxicar el alma en el Puragtorio




Cuando estoy algo dudoso de la existencia inercial de la vida o alguna pena me agobia, tomo mi mochila y abandono esta ciudad bulliciosa y nociva y subo la montaña, allá arriba cerca entre la tierra y los dioses, purgo las culpas, y me siento menos abandonado, los creyentes dicen que entre el cielo y la tierra esta e

l purgatorio, donde se espera el perdón divino para entrar al edén, este sábado subi al purgatorio, al Cerro Purgatorio, calor, viento, naturaleza, silencio... que mejor para renovar el alma, y desintoxicarse de las vicisitudes de la vida cotidiana, a 2.000 metros de altura me senté a los pies de un árbol, y respire profundo, créanme, no quería bajar, solo tenderme y

como dijo el poeta


“Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido...”




Este cerro es agreste caluroso, hay que estar en forma, o dispuesto a sufrir sus obtaculos, una caminata larga, entre un frondoso bosque, cuyo sendero culebrea sinuoso, caprichoso entre arbustos y añosos arboles, la vista es magnifica desde cualquier angulo, al llegar a una alta meseta, hay dos formas de llegar a la antecumbre a 2458 msnm, una de ellas es escalando esa rocosa y comprometedora meseta, o rodearla por un sendero que se extiende accidentalmente por la cara sur de la meseta, este sube y baja, al final, se empina en un agudo angulo hasta un curavado portezuelo, desde alli, la antecumbre se ve majestusa, recia, rocosa, invitando a un ascenso desafiante hasta la cumbre mis de este cerro... Porque "Purgatorio", no tengo idea, pero subir este cerro en primavera o verano, es purgar hasta el mas minimo pecado, pero una vez entre sus planicie amarillentas, y arbustos verdosos, el eden, ya no se añora tanto...

Participantes:

Juan Carlos Bustos

Jose Figueroa

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